Una etapa llana para abrir boca. Sasamón acogerá este año la salida de la primera etapa de la Vuelta a Burgos, que recorrerá 158 kilómetros del entorno de ‘Las Cuatro Villas de Amaya’. La jornada, que se llevará a cabo el 2 de agosto, ha sido diseñada para favorecer los intereses de los principales rodadores, ya que presenta un perfil eminentemente llano en el que sólo se ha incluido la ascensión al Alto de Coculina, de tercera categorÃa. Al margen de esa pequeña dificultad montañosa, el principal aliciente de la etapa pueden ser las rachas de viento, que en anteriores ediciones de la ronda burgalesa ya han motivado la aparición de sendos abanicos en este mismo terreno./p>
Tal y como ha confirmado el Instituto para el Deporte y la Juventud (IDJ) de la Diputación de Burgos, la etapa atravesará Villegas, Villadiego, Arenillas de Villadiego, Villaute, Brulles y Coculina antes de la ascensión. Una vez superado el Alto de Coculina, la etapa transcurrirá por las localidades de La Nuez de Arriba, Quintana del Pino, Villanueva de Puerta, Villahernando, Arenillas de Villadiego, Villadiego y Villegas para volver a pasar por Sasamón, punto de partida de esta primera etapa.
Desde allà los ciclistas continuarán por Olmillos de Sasamón, Villandiego, Castellanos de Castro, Hontanas, el convento de San Antón en Castrojeriz, Castrillo Mota de JudÃos, Arenillas de Riopisuerga y Melgar de Fernamental. En este sentido, cabe destacar la inclusión de un “final de etapa nervioso†con un circuito de unos 40 kilómetros al que se darán dos vueltas. AsÃ, tras ese primer paso por Melgar se afrontarán los últimos kilómetros de etapa por Padilla de Abajo, Villasandino, Villasilos, Castrojeriz, Castrillo Mota de JudÃos y Arenillas de Riopisuerga antes de acceder de nuevo a las calles de Melgar, en donde estará ubicada la meta.
La Diputación de Burgos, entidad organizadora de la carrera, pretende poner en valor en esta etapa el proyecto turÃstico de ‘Las Cuatro Villas de Amaya’, una ruta en la que se unen los cuatro centros de interpretación de Castrojeriz, Melgar, Sasamón y Villadiego en la que se muestra la riqueza histórica, patrimonial, cultural y paisajÃstica de la zona.
Las 4 Villas de Amaya acogerán una de las cinco etapas sobre las que se disputará la XXXVII Vuelta a Burgos del 4 al 8 de agosto. En esta ocasión será la localidad de Castrojeriz la que de la salida a una etapa que finalizará en Villadiego después de recorrer 165 kilómetros.
El Alto de Coculina, de Tercera CategorÃa, que los corredores deberán ascender en el kilómetro 50 de etapa, será la única dificultad montañosa de una jornada en la que habrá que estar muy atentos al viento. Las llanuras, páramos y riberas que conforman las 4 Villas de Amaya, al oeste de la provincia, son el terreno idóneo para la formación de los temidos abanicos.
El Instituto provincial para el Deporte y la Juventud de la Diputación de Burgos, entidad organizadora de la prueba, sigue asà fiel a su polÃtica en el diseño de etapas no muy largas con un final nervioso con las que conseguir un doble objetivo. Por un lado, mantener en alerta los cinco dÃas de competición a los favoritos de cara al triunfo final. Por otro, enganchar al aficionado ya sea con la realización de circuitos en los últimos kilómetros o con algún final de cierta exigencia que haga emplearse a fondo a los corredores.
Castrojeriz, referencia histórica, cultural y patrimonial en el Camino de Santiago, acogerá por tercera vez una salida de etapa de la ronda burgalesa. La primera vez que se dio el banderazo de salida en la localidad fue en el año 1993 con una etapa de 165 kilómetros que finalizó en Burgos. Nueve años después, en 2002, acogió un nuevo corte de cinta con una etapa casi idéntica que también finalizó en la capital.
Por su parte, Villadiego acogerá el final de una etapa de la Vuelta a Burgos por segunda vez, después de que en la edición del año pasado el italiano Matteo Pelucchi se adjudicara la segunda etapa que salió de Briviesca.
A falta de cerrar definitivamente una de las cuatro etapas en lÃnea sobre las que se disputará la edición de 2015, a las que hay que añadir la contrarreloj por equipos de la capital (Burgos-Burgos. CRE), la organización tiene cerradas ya la (Belorado-Valle del Sol. Pineda de la Sierra) y la (Casa de la Madera-Lagunas de Neila).
Nuria González 16/03/2012
Recorrer de punta a punta la provincia leonesa sobre dos ruedas es el objetivo de una de las cuatro grandes rutas moteras que ha diseñado la Junta de Castilla y León. Se trata de itinerarios que atraviesan las nueve provincias de la Comunidad, sus monumentos, sus tradiciones y su gastronomÃa. La ruta entre Atapuerca y Ponferrada se divide en tres etapas que transcurren por las provincias de Burgos, Palencia y León, de este a oeste de Castilla y León, y recorre más de una treintena de localidades de las tres provincias. Una sugerencia que pretende aprovechar al máximo los recursos turÃstico atrayendo al turismo del motor.
La primera etapa une los Yacimientos de Atapuerca (Burgos) con Carrión de los Condes (Palencia), tras recorrer 115 kilómetros por Burgos, Cabia, Estepar, Castellanos de Castro, Castrojeriz, Itero del Castillo, Boadilla del Camino, Frómista y Villalcazar de Sirga. El punto de partida está en los en los Yacimientos Arqueológicos de la Sierra de Atapuerca, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000. El recorrido continua hasta llegar a Burgos, una buena ocasión para conocer su importante patrimonio artÃstico. Es el caso de la Catedral, la Cartuja de Miraflores, el Monasterio de Huelgas Reales o la Colina del Castillo. Las siguientes localidades del recorrido albergan castillos señoriales que han sido rehabilitados para diferentes usos hoteleros. Siguiendo el Camino de Santiago se llegará hasta Castrojeriz, donde destaca su conjunto histórico artÃstico que recibe al peregrino y motero. Continúa la ruta por tierras jacobeas hacia Itero del Castillo (Torre de Itero del s. XV) y desde allÃ, pasando por Boadilla del Camino, la siguiente parada será Frómista. En esta localidad, hay que visitar la iglesia de San MartÃn como ejemplo de arquitectura religiosa románica del Camino. El trayecto sigue por Población de Campos, Revenga de Campos y Villarmentero de Campos. La última parada del dÃa está en Carrión de los Condes Su edificio más emblemático es el Monasterio de San Zoilo, hoy convertido en alojamiento hotelero y un lugar ideal para descansar y retomar el camino al dÃa siguiente.
La segunda etapa, de 140 kilómetros, unirá esta localidad palentina con León, buena parte de ella por la Ruta Jacobea. La primera parada será Cervatos de la Cueza. Desde Villada y pasando por Grajal de Campos, el camino continua hasta entrar en la provincia de León por Sahagún, punto neurálgico del Camino de Santiago, enclavado en Tierra de Campos, entre los rÃos Esla y Valderaduey. La entrada a la villa se produce a través del Arco del Triunfo o de San Benito. Imprescindible contemplar su arte mudéjar y el Santuario de La Peregrina. A la hora de comer, lo mejor será elegir alguno de los restaurantes de Valencia de Don Juan, donde hay que visitar su castillo, para degustar el bacalao al ajo arriero, aunque antes se podrá probar el vino de algunas de las localidades de la comarca vitivinÃcola de Tierra de León. Es el caso de Gordaliza del Pino y Castrovega de Valmadrigal. El recorrido llega a Palanquinos y de aquà a Mansilla de las Mulas, una ocasión perfecta para conocer su patrimonio artÃstico tan destacado. Este dÃa concluirá en la capital leonesa, dónde hay que visitar el Musac, su catedral, la BasÃlica de San Isidoro o San Marcos y, por supuesto, tapear por el Barrio Húmedo para reponer fuerzas.
La tercera y última etapa une León con Ponferrada, con unos 110 kilómetros. Carrizo de la Ribera, pasando por San Andrés del Rabanedo y Montejos del Camino, será la primera parada para conocer el Monasterio de Santa MarÃa de Carrizo. Después, hay que detenerse en Hospital de Órbigo, dónde se atravesará el Puente del Paso Honroso, famoso por las Justas Medievales que cada año se celebran en junio. La ruta retoma la senda jacobea para llegar hasta Astorga, encrucijada de caminos y conjunto histórico artÃstico entre el Camino de Santiago y la VÃa de la Plata. La ciudad posee una catedral imponente y el Palacio Episcopal, obra de GaudÃ, que alberga el Museo de los Caminos. Una de las mayores curiosidades que proporciona la visita a Astorga es conocer el antiguo entramado de cloacas y alcantarillado de época romana y que debido a su altura (algunos tramos poseen hasta 1’80 m) pueden ser recorridos por el turista.
Concluida la visita a Astorga, sin antes comprar sus conocidas y deliciosas mantecadas, sus hojaldres artesanales y su exquisito chocolate, los viajeros tendrán su siguiente destino en Castrillo de los Polvazares, el lugar ideal para degustar el tradicional cocido maragato. Tras la comida y el reposo, el viaje continua por Rabanal del Camino y Foncebadón, un sÃmbolo del Camino de Santiago.
No menos importante será la escala siguiente: Molinaseca. Una localidad que requiere un paseo tranquilo por sus calles para contemplar su pasado medieval, sus casas blasonadas que conservan la tipologÃa arquitectónica de la zona y monumentos jacobeos como el crucero de piedra en la plaza Mayor, cuya escalinata ha sido y será lugar de descanso para cientos de peregrinos. El último destino del recorrido se sitúa en Ponferrada, junto al Castillo de los Templarios. Aquà también se visitará la BasÃlica de Nuestra Señora de la Encina, la barroca iglesia de San Andrés, el Convento de las Concepcionistas y la Capilla del Carmen. La gastronomÃa es otro de sus atractivos: el vino, el botillo, las manzanas reineta, el pimiento asado, las castañas o las cerezas.
El temporal de frio y nieve que padece estos dÃas la capital burgalesa ha trastocado los planes de entrenamiento de la primera plantilla que sigue sin poder ejercitarse desde la pasada semana.
EL TEMPORAL DE FRIO IMPIDE ENTRENAR CON NORMALIDAD AL BURGOS
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